Aceptamos que el amor de pareja era casi la clave de la felicidad, se nos hizo creer que para ser feliz debíamos tener pareja, aquel que no tiene alguien a su lado era incompleto y desgraciado. Este hábito está muy enraizado en la naturaleza humana. Un hombre o una mujer sin pareja no puede ser feliz, se piensa: pobrecito está sólo, no tiene hijos, que va hacer de él/ella. Amar va mucho más allá de la pareja y del otro, debe ser para con nosotros mismos en primer lugar, no puedes buscar el amor a través del otro, otro no puede llenar tus carencias, porque hasta que no las sacies no puedes encontrar realmente la estabilidad.
Amar es conocer y amar nuestras carencias, habilidades, aciertos y errores, subsanarlos y encontrar el amor en nuestro interior. Cuándo lo encontramos ahí, entonces, estamos preparados para amar libre de apegos.
La atracción física, la química se confunde a veces con amor, pero, el amor es mucho más profundo. Cuando creemos enamorarnos es como si sintiéramos una inyección de vitalidad, energía, positivismo y fantasía, nos sentimos hinchados y más capaces de hacer cualquier cosa, a medida que va pasando el tiempo y las cosas no suceden como creías, empiezas a perder vitalidad, alegría, te desanimas y desilusionas, hasta que llega un momento en el que tiras la toalla, ya no estas enamorado, entonces, esa persona ya no es lo que creias que era, culpas a la otra parte y sufres.
El amor va más allá de pretensiones, ideas preconcebidas sobre el otro, no puedes crear una relación madura, duradera y feliz con juicios, ideas y conceptos basados en carencias y suposiciones. El verdadero amor no llena carencias propias, no busca satisfacer egoísmo, sino que comparte y fortalece la individualidad de cada uno. El verdadero amor se alimenta a si mismo, es veraz con cada pensamiento, sentimiento y emoción propia, encuentra la estabilidad en el interior y después la expresa fuera. El amor transmite belleza, bondad, humildad, entrega y gratitud, el amor es compartir abundancia, exito, orden, alegría, belleza sin apego. Amar es ser auténtico, veraz, independiente y autónomo, no depender de nadie más que no seas tú, es ser capaz de sostenerse y mantenerse por encima de la adversidad, circunstancia o sufrimiento.

El verdadero amor no conoce rival…, ni competencia, ni miedo o tristeza porque sabe que él todo lo cura, todo lo sana…, todo lo demás desaparece en la magnificencia de tu ser…., en la abundancia de saberse que nada está más allá de ti, que nada es más importante que el amor por ti mismo primero, que tu eres el Creador de tu realidad, de tus experiencias y de tu vida…
Cuándo encuentras el verdadero amor, cuando conoces el amor real, sabemos todo lo que no lo Es, todo lo que es irreal, ficticio e ilusorio. Él amor 3D y 4D, es sólo una pequeñísima parte del Amor, de ese que está en todas partes, ese que no tiene rival y que además te rodea, conforta y alienta.
El amor de pareja cuando es auténtico y sincero, nos enseña a sentir, vivir e ir más allá de todo concepto, idea preconcebida, conoce barreras de espacio, tiempo, duda o miedo, y si en algunos momentos los sintió supo superarlos; él es el héroe, la belleza, la luz, la fuente de vida, conocimiento, nos enseña a dar sin medida, nos coloca entre las nubes y las estrellas, nos enseña a volar y a ser libres. Cuando estamos preparado para un amor así…, él llega, no hace falta llamarlo, ni buscarlo, ni pedirlo, porque la vida es sabia y nosotros hemos aprendido a seguir las leyes del universo, basadas en la atracción, la abundancia y el amor.
LAS RELACIONES Y LA PAREJA
Muchos han creído que mantener un matrimonio, una unión toda la vida era seguridad y estabilidad, no importaba demasiado como nos sentíamos en nuestro interior, si podíamos sentir o no alegría, armonía y equilibrio en nuestros corazones, mientras tuviéramos seguridad y estabilidad económica o social. Esto no puede seguir manteniéndose ya por mucho tiempo más, el ser humano, la tierra cambió su vibración y energía…, es necesario adaptarnos y aceptar que debemos ser más conscientes de nuestras emociones internas, de que nuestras ideas de seguridad externas desequilibran nuestras emociones y sentimientos internos y nos hacen infelices más allá de las apariencias. El auténtico amor fluye, crece y da sin medida, no necesita agradar a nadie, ni convencer, inventar, ni imaginar.